En una ocasión, Jesús se encontraba enseñando a una multitud cuando un grupo de escribas y fariseos trajeron a una mujer sorprendida en adulterio. Ellos la colocaron en medio de la multitud y dijeron a Jesús que la ley de Moisés ordenaba apedrear a las adúlteras, y le preguntaron qué debían hacer.
Jesús, sabio como siempre, les respondió: "Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra." Los fariseos, al escuchar estas palabras, se sintieron avergonzados y comenzaron a retirarse uno a uno, desde el mayor hasta el último.
Finalmente, quedaron solo Jesús y la mujer en el centro. Jesús, alzando la mirada hacia la mujer, le dijo que no la condenaba y le pidió que se fuera y no pecara más. Esta historia nos enseña la importancia de la compasión, el perdón y la humildad.
La frase "Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra" es una expresión popular que ha sido utilizada a lo largo de la historia para recalcar la importancia de la empatía y la compasión hacia los demás.
Esta cita proviene de un pasaje bíblico del Evangelio de Juan, en el que Jesús interviene para proteger a una mujer que iba a ser apedreada por cometer adulterio. Al desafiar a los acusadores a lanzar la primera piedra aquel que esté libre de pecado, Jesús les recuerda la importancia de la reflexión y la humildad ante las faltas de los demás.
La enseñanza detrás de esta frase nos invita a reflexionar sobre nuestros propios errores y a practicar la compasión y la tolerancia hacia los demás, recordando que nadie está exento de cometer faltas. En lugar de juzgar rápidamente a los demás, es fundamental aprender a perdonar y a brindar apoyo en momentos de dificultad.
En la Biblia, se relata la historia de una mujer que fue sorprendida en adulterio y llevada ante Jesús para ser juzgada por los escribas y fariseos.
En ese momento, Jesús se encontraba en el Templo enseñando a sus seguidores, cuando de repente trajeron a la mujer y la pusieron en medio de la multitud.
La ley en ese tiempo dictaba que las mujeres adúlteras debían ser apedreadas como castigo por su pecado, por lo que los acusadores de la mujer querían poner a prueba a Jesús para ver cómo reaccionaba ante esta situación.
Ante la presión de los acusadores, Jesús se inclinó y comenzó a escribir en el suelo con su dedo, mientras la multitud esperaba su veredicto sobre el destino de la mujer.
Finalmente, Jesús se levantó y les dijo a los presentes que aquel que estuviera libre de pecado podía ser el primero en lanzar una piedra contra la mujer.
Los escribas y fariseos, al darse cuenta de que todos eran pecadores, se retiraron uno a uno dejando a Jesús solo con la mujer. Entonces, le preguntó a la mujer dónde estaban sus acusadores y si alguno la había condenado.
La mujer respondió que ninguno la había condenado, a lo que Jesús le dijo que él tampoco la condenaba y que se fuera en paz, exhortándola a no pecar más. Así, la mujer fue salvada por Jesús de ser apedreada y encontró misericordia en su presencia.
En el evangelio según Juan, se relata una historia en la que Jesús interviene ante una multitud que estaba a punto de lapidar a una mujer sorprendida en adulterio. Jesús pronunció la famosa frase: "el que esté libre de pecado que tire la primera piedra."
Esta declaración de Jesús pone en evidencia la hipocresía y el juicio de aquellos que estaban dispuestos a condenar a la mujer. Con estas palabras, Jesús invita a la reflexión y al perdón, recordando que todos somos pecadores y que no estamos en posición de juzgar a los demás.
Al desafiar a la multitud a reflexionar sobre sus propios pecados antes de condenar a la mujer, Jesús nos enseña la importancia del perdón, la compasión y la misericordia. Esta historia nos recuerda que solo Dios tiene el poder para juzgar, y que debemos ser más comprensivos y amorosos con nuestros semejantes.
Según el relato bíblico del Evangelio de Juan, Jesús fue confrontado por los escribas y fariseos que le trajeron a una mujer sorprendida en adulterio, preguntándole qué debían hacer con ella.
Jesús, en lugar de responder directamente, se inclinó y comenzó a escribir en el suelo con su dedo. Muchos han especulado sobre lo que escribió, pero no se menciona en la Biblia el contenido exacto de sus palabras.
Lo que sí sabemos es que después de escribir en la arena, Jesús se levantó y dijo: "El que esté sin pecado entre vosotros sea el primero en arrojar la piedra contra ella".
Esto causó que los acusadores se retiraran uno a uno, dejando a Jesús solo con la mujer. Él entonces le dijo: "Mujer, ¿dónde están aquellos tus acusadores? ¿Ninguno te condenó?".